La leche materna es el mejor alimento para nuestros hijos. Amamantar es amor, es conexión y salud. Pero, ¿qué pasa con las madres que no podemos dar de lactar?
Por María Belén Gaibor
La lactancia es un tema especial en la maternidad de cada mujer. Durante mi embarazo, las mujeres de mi familia me decían que dieron de lactar sin complicaciones y que lo hicieron por muchos meses. Escuché solo historias dulces y tiernas. Supuse entonces que, mi experiencia con la lactancia sería igual de fácil, natural y dulce. Pero mi historia fue muy diferente.
Nació Juan Antonio, mi primer hijo, y me propuse darle de lactar. Pero cada vez que llegaba la hora de que se agarre mi pecho yo me llenaba de tensión y angustia. Solo pensaba en lo mucho que me dolía, en los pezones agrietados y en que no salía leche. Mi angustia era la de mi hijo y los dos llorábamos. A las pocas semanas me dio mastitis y eso trajo más dolor y frustración. No tuve una red de apoyo en ese momento: mi esposo pasaba fuera de casa mucho tiempo y mi familia no estaba cerca.
Daba de lactar porque me sentía presionada por la familia y la sociedad. Entendí que lo hacía porque no quería sentirme culpable y ser “la mala madre que no dio de amamantar”. Tenía pánico cuando me decía que no iba a crear un vínculo importante con mi hijo y que no sería un niño sano sino lactaba.
Una noche vi a mi hijo tan pequeño y frágil y me di cuenta de que no estaba disfrutando mi maternidad. La lactancia me agobiaba tanto que comenzaba a deprimirme. Decidí darle el biberón a Juan Antonio. Dejé a un lado la presión que sentía. Comencé a disfrutar de mi bebé a mí manera, siendo la mamá que podía.
Esta situación que les cuento es muy común en muchas mujeres que empiezan la lactancia. Claro que duele, que cuesta, que necesitas paciencia… pero cada historia es diferente. Hay mujeres que siguen en el proceso y son valientes por ello. También hay mujeres que decidimos dejarlo, pero no somos cómodas ni malas madres. Cada circunstancia es distinta, cada maternidad tiene su historia. Y ser duras con nosotras o entre nosotras no genera nada bueno.
No se puede únicamente responsabilizar a la mujer por no dar de lactar el tiempo que demande su hijo. Hay muchos factores que influyen en este proceso: apoyo en la familia y en el trabajo.
Según datos presentados por el Ministerio de Salud Pública, en nuestro país menos del 50% de niños menores de 6 meses son alimentados exclusivamente con leche materna. Esto nos lleva a pensar que se requiere de políticas públicas más empáticas y solidarias con la maternidad y la lactancia.
Querida mamá, te sugiero que busques información para poder prepararte antes y durante el proceso de lactancia. armando tu red de apoyo. También puedes buscar una asesora de lactancia que te guíe en el camino.
Esta fue mi experiencia con la lactancia y la tuya será muy distinta. Quizá te cueste un poco al principio, quizá sea una lactancia de ensueño o quizá no lo logres por la razón que sea. Pero lo más importante es que tú decidas qué es lo mejor para ti y tu bebé.
Ser mamá es mucho más que dar de amamantar.