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La alimentación a base de leche materna para el bebé posee beneficios mayúsculos que acreditan la mejor calidad de vida para el nuevo ser, desde el momento en que nace hasta la posteridad.

Hay consenso general de las principales organizaciones a nivel mundial, que recomiendan la leche materna exclusiva hasta los seis meses de edad, luego la misma leche de madre combinada con alimentación progresiva y metódica.

Las ventajas de consumir leche materna son enormes, la principal puede manifestarse en el campo de la Inmunología, donde las Inmunoglobulinas, especialmente la de tipo secretora, cubre como una especie de manto la mucosa gástrica del niño, que lo protege contra elementos extraños, como virus, bacterias u otros que no logran pasar hacia el torrente sanguíneo, devolviendo el equilibrio inmunológico en todo el organismo.

La piel del niño también se ve favorecida por un factor epidérmico presente en la leche humana, que promueve un adecuado desarrollo del órgano más grande del cuerpo. Al respecto, la Dra. Rosa Arcentales,  Psicología Infantil y Psicorehabilitación de Novaclínica Santa Cecilia,  manifiesta: “La Lactancia materna tiene muchos beneficios psicológicos para el bebé y la madre: Fortalece el apego afectivo y social, generando seguridad y sentido de protección en la relación madre e hijo. Estimula el desarrollo cerebral, mejorando la plasticidad cerebral y el desarrollo neuropsicológico en el área cognitiva e intelectual del bebé”.

La lactancia materna es un proceso fisiológico complejo que involucra la parte hormonal de la madre, así son la prolactina y oxitocina que estimulan la salida de leche materna junto con la contracción uterina.

En cuanto a las contraindicaciones de la lactancia materna, afortunadamente son muy escasas e incluyen enfermedades maternas crónicas graves e intolerancias digestivas por parte del niño como son la Galactosemia y la Fenilcetonuria, que son muy raras y se pueden diagnosticar con la realización de exámenes.

En conclusión, toda madre, sea primeriza o multípara, está en condiciones de amamantar a su bebé, siempre acompañado de una predisposición mental de querer un niño sano y con el mínimo riesgo de adquirir enfermedades por deficiencia de micronutrientes que brinda por entero la leche de la madre.

Escrito por el Dr. Guido Ron

Jefe de Departamento de Pediatría

Novaclínica Santa Cecilia

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